Una política para promover y estandarizar el derecho al uso de la tierra de cultivo de los residentes rurales a entidades comerciales podría elevar la eficiencia y la producción agrícola en China.
De acuerdo con la política anunciada hoy, los residentes rurales disfrutarán de una mayor libertad para transferir la tierra que han contratado, pero su derecho a poseer colectivamente la tierra se mantendrá sin cambio.
La mayor parte de la tierra agrícola de China es propiedad colectiva de la gente que trabaja en ella. Como la mano de obra rural emigra a empleos mejor pagados en las grandes ciudades, en 2008 China empezó a permitir que los agricultores rentaran, transfirieran o fusionaran la tierra que han contratado, en medio de una reforma para impulsar la agricultura modera y reutilizar la tierra ociosa.
El uso de la tierra agrícola es un gran problema en el país más poblado del mundo, donde la seguridad alimentaria y bienestar de los residentes rurales en activo y retirados son asuntos de alta prioridad.
China dijo adiós a la era de la comuna popular e introdujo reformas a la tierra rural, conocidas como sistema de responsabilidad familiar (SRF), a principios de la década de los 80. El SRF permitió que las familias rurales arrendaran tierra para la operación independiente. Después de pagar una cantidad fija al gobierno, los agricultores podían disponer libremente de la producción excedente para el mercado. Esto estimuló sumamente el entusiasmo de los agricultores en la producción e hizo crecer la producción de granos del país.
Pero ante la acelerada urbanización del país, bastantes agricultores migraron a las ciudades y dejaron sus tierras ociosas. Además, ha habido una creciente demanda de los residentes rurales para transferir la administración y producción de las tierras de cultivo a otros.
La nueva política conducirá a la formación de mecanismos que estandarizarán más la transferencia, mientras que los derechos de los propietarios de tierras serán protegidos mejor.
A los gobiernos de diversos niveles se les ha pedido que se aseguren de que la transferencia no conducirá a un descenso de la tierra de cultivo ni a una caída en la producción de granos.