SANTIAGO, 11 ago (Xinhua) -- Estados Unidos puede reducir su influencia para contrilar las reglas del mercado internacional, sobre todo en la región Asia-Pacífico, en caso de concretarse el fracaso del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación (TPP, por sus siglas en inglés).
Aunque se auguró que el TPP iba a concretarse la semana pasada en la recunión de Hawai, lo cierto es que se produjo todo lo contrario, con impredecibles consecuencias para Washington.
Los delegados de los 12 países del TPP (Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Estados Unidos y Vietnam) no pudieron concretar el acuerdo por contradicciones en la comercialización de lácteos, azúcar, fármacos y automóviles, temas claves.
Aunque en la Declaración Conjunta los ministros indicaron que faltaba "un número limitado de cuestiones pendientes", cuantificadas en 2 por ciento, luego se supo que existen otros temas que pueden ocasionar conflictos internos en algunos países, por lo cual algunos gobiernos no continuaron la negociación.
Entre esos temas, están la función social de las empresas estatales; el impedimento de la sobreproducción; la regulación de la propiedad intelectual a favor de la ciudadanía; el abasto de los medicamentos genéricos sin precio monopólico en el sector público; el control de Internet; la innovación tecnológica, y el manejo de divisas.
El ministro de Comercio de Australia, Andrew Robb, culpó del fracaso de las negociaciones a Estados Unidos, Canadá, Japón y México, al destacar que "lo triste es que en el 98 por ciento de los temas se llegó a una conclusión".
La previa campa?a mediática global intentó vender la idea de que la reunión en Hawai sería la última ronda de negociaciones, pues se calculaba alcanzar el acuerdo definitivo del TPP, pronóstico que se desplomó.
El TPP genera inquietud porque puede afectar al derecho de naciones soberanas a desarrollar políticas y leyes que respondan a sus prioridades nacionales.
Los analistas coinciden en que la Declaración de Hawai ratifica el falso mensaje de que "los progresos realizados esta semana reflejan nuestro compromiso permanente para ofrecer un acuerdo TPP ambicioso, integral y de altos estándares que apoyará el empleo y el crecimiento económico en toda la región Asia-Pacífico".
Es una realidad que en las últimas dos décadas la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha mostrado su incapacidad para regular las reglas internacionales del comercio, ante lo que el presidente Obama anunció que si Estados Unidos no logra imponer las reglas comerciales, lo harán otras potencias.
Para el gobierno de Estados Unidos, la no conclusión del TPP es preocupante porque se acerca el receso de verano del Congreso y no hay garantías de que pudiera ser debatido en el periodo de oto?o-invierno y, además, el tema probablemente se incluya en la campa?a electoral presidencial 2016.
Algunos analistas, como Mireya Solís, del Centro para Estudios Políticos de Asia Oriental del Instituto Brookings, plantean que Estados Unidos enfrenta la posibilidad real de una "derrota estratégica" con el fracaso del TPP, con consecuencias mucho más serias para la política exterior y la influencia económica de ese país en el Pacífico.
En su opinión, el fracaso del TPP "tendría consecuencias devastadoras para el liderazgo de Estados Unidos para la profundización de las alianzas clave en regiones estratégicas, la promoción de reformas económicas en economías emergentes y para el futuro de su propia agenda comercial".
Además, si no se puede llegar a un acuerdo sobre el TPP, ello influirá necesariamente en el éxito de las negociaciones transatlánticas de Estados Unidos y Europa.
De igual forma países aliados de Estados Unidos como Japón pueden perder influencia en el Pacífico, al quedar en evidencia de que aún no pueden resolver sus tradicionales discrepancias sobre el acceso al mercado agrícola y automovilístico.
En la actualidad, no hay certeza en que terminará el TPP y muchos analistas apuntan a puede entrar en un largo periodo espera, debido a los cambios políticos que se avecinan en algunas de las naciones de Asia Pacífico.
"Hay que ver qué pasa. No está acordada ninguna reunión de los grupos técnicos ni de los ministros. No hay una fecha todavía, aunque todo indica que habrían conversaciones entre grupos de países, eventualmente, para retomar el punto en quedaron pendientes cada uno de los temas (...) Veremos".
Así lo sintetizó el director general de Relaciones Económicas Internacionales de Chile, Andrés Rebolledo, quien participó en la reunión de Hawai.
A su juicio, si el TPP revive, dentro del 10 por ciento que aún está en "veremos" hay tres áreas complejas de las cuales dos competen a Chile.
La primera, que no afecta a Chile pero sí a las grandes potencias en pugna, Estados Unidos y Japón, es el automotor que, a último minuto, mermó los ánimos de los participantes.
Esos dos países difieren del tratamiento que se debe dar a las normas de origen en esta industria, dada la fortaleza que tiene este sector en sus economías.
Además, se conoció que México también rechazó la propuesta, debido a que da?aría su capacidad de producción.
Más allá de los automóviles, el sector lácteo se transformó en otro obstáculo.
"Para Chile es importante que se abra el sector lácteo y hemos hecho esfuerzos para que así sea", dijo Rebolledo al recordar que Nueva Zelanda consideró que la oferta planteada para el TPP no es balanceada.
Japón y Canadá también tienen sus propias razones.
Por su parte Nueva Zelanda y Australia plantearon una restricción al mercado estadounidense en azúcar y lácteos para proteger a los socios México y Canadá, respectivamente.
El tercer punto en cuestión y que más preocupa a Chile es el farmacéutico.
"No logramos acordar un buen balance en la protección en materia de medicamentos biológicos", dijo Rebolledo al se?alar que su país fijó una posición junto a otros miembros y "no estamos solos".
Chile planteó mantener la práctica que se tiene en este ámbito, es decir, la protección de los medicamentos biológicos por cinco a?os y no 12 como pretende Estados Unidos.