El ADN resuelve el misterio del temible Yeti |
Londres,30/11/2017(El Pueblo en Línea)-La genética lo desenmascaró: el yeti, el "abominable hombre de las nieves" que ha alimentado la leyenda durante décadas, es en realidad un oso de las altas monta?as de Asia, destaca Yahoo Noticias.
Aunque para ser exactos, el temible ser corresponde a tres tipos de osos: el negro asiático, el pardo tibetano y el pardo del Himalaya, todos ellos habitantes de los Himalayas.
Aunque no es el primero que reduce el mito del yeti a un oso, el informe reunió por primera vez una gran cantidad de pruebas genéticas procedentes de huesos, dientes, piel, pelo y muestras fecales atribuidas a la legendaria criatura.
Todos estos elementos - procedentes de colecciones privadas y de varios museos en el mundo - correspondían en realidad a 23 osos, pertenecientes a las tres subespecies mencionadas.
Más allá de desmontar un mito, la reconstrucción del genoma completo mitocondrial de cada ejemplar permitió revelar importantes factores sobre estos carnívoros y su evolución.
Ambas subespecies probablemente permanecieron aisladas entre ellas, pese a hallarse relativamente próximas.
El oso pardo del Himalaya, cuyo color de pelo rojizo es más suave que el del pardo tibetano, está considerado como en peligro "crítico" de extinción por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Durante el siglo XX, la fascinación de Occidente - sobre todo de Estados Unidos y Gran Breta?a - por la leyenda del yeti fue intensa.
En un libro que narra su expedición por el paso de Lhagba La cerca del Monte Everest en 1921, el teniente coronel Charles Howard-Bury describe "huellas que parecen más bien las de un hombre descalzo".
El informe en 1925 de un miembro de la Royal Geographical Society alimenta el misterio, al asegurar haber visto una silueta parecida a la de un hombre cruzando un glaciar a una gran altitud.
Al menos dos expediciones fueron organizadas en los a?os 1950 con el objetivo de encontrar al yeti, mientras las reivindicaciones sobre su supuesta existencia se extendieron a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.