Por Jian Xinhua
Beijing, 05/11/2018 (El Pueblo en Línea) – Desde este a?o, los Estados Unidos han estado constantemente creando fricciones comerciales y aumentando los aranceles contra sus socios comerciales, incluida China. Para justificar su decisión de iniciar una guerra comercial, Estados Unidos afirma que la economía socialista de China no es una economía de mercado. Esta tesis carece de fundamento.
La economía socialista de mercado es la combinación del sistema básico que propone el socialismo y los fundamentos de la economía de mercado, mientras que la economía de mercado capitalista es la combinación del sistema básico del sistema capitalismo y la economía de mercado que se deriva de su práctica. En ambas formas de economía, el mercado juega un papel decisivo en la asignación de los recursos.
Desde el inicio del proceso de reforma y apertura, China ha acelerado sus esfuerzos para establecer y mejorar la economía socialista de mercado, esforzándose por impulsar la reforma de las empresas de propiedad estatal y construir un sistema empresarial moderno. Como resultado, las empresas de propiedad estatal se han convertido en las principales entidades del mercado actual.
Entretanto, el país alienta, apoya y orienta el desarrollo del sector no estatal. Ha trabajado para garantizar que todas las formas de economía de propiedad mixta utilicen los factores de producción de manera lícita e igualitaria, compitan equitativamente y estén amparadas por las mismas leyes.
Después de a?os de abnegada labor, China cumple a cabalidad con los requisitos básicos que le permite considerarse una economía de mercado. Por lo tanto, criticar a China por supuestamente no ser una economía de mercado es un grave error.
No hay un modelo único de economía de mercado ni tampoco todas las economías de los países desarrollados son un calco. Poseen diversas características, en relación con el período histórico y la nación que lo transita.
La práctica de los países desarrollados ha generalizado que la economía de mercado se define por la escasa interferencia del gobierno en los asuntos del mercado, o que las empresas de propiedad privada - en lugar de la propiedad estatal- sean las únicas entidades legítimas para operar dentro de ese mercado.
En la etapa inicial de la industrialización, los gobiernos de los países desarrollados desempe?aron una función reguladora a través de la aplicación de políticas mercantiles y sectoriales. Después, ya en la Segunda Guerra Mundial, los países desarrollados adoptaron un enfoque keynesiano para la formulación de políticas económicas, como la política de interferencias del Estado, la nacionalización, el macrocontrol y el desarrollo de empresas de propiedad estatal.
Fue bajo la influencia de las políticas neoliberales que el número de empresas de propiedad estatal comenzó a decaer.
El uso de la planificación gubernamental para impulsar el desarrollo económico es una práctica común de los países desarrollados. Después de que estalló la crisis económica mundial del 2008, con el objetivo de mejorar sus industrias y revitalizar la fabricación, algunos países desarrollados desplegaron estrategias de reindustrialización y otras políticas afines. En este período surgieron propuestas como Alemania Industrial 4.0 y el Plan Estratégico Nacional para la Fabricación Avanzada de Estados Unidos.
En los últimos a?os, Estados Unidos -que se define como libre mercado- ha intensificado la injerencia estatal. El gobierno de Estados Unidos incluso exige que sus empresas trasladen sus operaciones desde el extranjero hacia su país, reduce la exportación de productos de alta tecnología y establece barreras para la inversión de empresas chinas en territorio estadounidense.
No es razonable que el gobierno de Estados Unidos, que intenta regular su propia economía y posee empresas estatales, niegue que China es una economía de mercado, sencillamente porque ésta última lleva a cabo un macrocontrol económico y desarrolla empresas de propiedad estatal.
Estas infundadas acusaciones indican que es Estados Unidos, y no China, quien ejerce un comercio y competencia desleales.
Eliminar el déficit comercial y lograr un "comercio justo" son la excusa perfecta para que Estados Unidos iniciara una guerra comercial contra China. Sin embargo, la verdadera intención es obstaculizar el desarrollo de China y obtener indebidos beneficios de tal jugarreta.
El autor es profesor del Centro para la Investigación del Desarrollo Económico de la Universidad de Wuhan.