WASHINGTON, 22 nov (Xinhua) -- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó hoy con cerrar toda la frontera con México como parte de los esfuerzos de su administración para impedir el ingreso de migrantes centroamericanos.
"Si vemos que esto alcanza un nivel en el que vamos a perder el control o en el que las personas empezarán a resultar heridas, cerraremos el ingreso al país durante un tiempo hasta que podamos tenerlo bajo control", dijo Trump a los reporteros en Palm Beach, Florida, en donde está pasando el feriado por el Día de Acción de Gracias.
"Me refiero a toda la frontera", dijo Trump. "México no podrá vender sus automóviles a Estados Unidos".
Un grupo de migrantes, muchos de los cuales dicen que están huyendo de la persecución, la pobreza y la violencia en Honduras, Guatemala y El Salvador, han realizado durante semanas la travesía desde América Central hasta la frontera con Estados Unidos. Muchos desean solicitar asilo.
Más de 1.000 migrantes han llegado a la ciudad fronteriza mexicana de Tijuana, según informes.
Miles de soldados estadounidenses han sido desplegados a lo largo de la frontera sur del país con México para ayudar a reforzar la seguridad fronteriza, aunque sólo ofrecen apoyo de ingeniería, logístico y médico.
Sin embargo, Trump dijo hoy que autorizó a los soldados a utilizar la fuerza letal contra los migrantes "si tienen que hacerlo".
Por otra parte, el presidente no descarta la posibilidad de un cierre parcial del gobierno a inicios del próximo mes por la negativa del Congreso a autorizar el financiamiento para su muro fronterizo, una promesa central de su campa?a presidencial de 2016.
"?Podría haber un cierre? Ciertamente que sí y sería por la seguridad fronteriza, de la cual el muro es una parte", dijo.
Trump hizo los comentarios al responder preguntas de los reporteros en su club de golf en Florida, en donde expresó sus buenos deseos por el feriado en una conversación telefónica con miembros de las fuerzas armadas de Estados Unidos.
Trump también habló de su disputa pública con el presidente de la Corte Suprema John Roberts, de una posible reorganización del personal y del gabinete y de la economía estadounidense, entre otras cosas.