Beijing,07/09/2016 (El Pueblo en Línea) - Miles de mujeres optan por convertirse en trabajadoras domésticas en Beijing. La mayoría lo hacen porque los salarios en la capital suelen ser más altos que en otras ciudades del interior del país. Además, para algunas de ellas vivir en Beijing también es una gran oportunidad para hacer turismo y ampliar sus horizontes socioculturales.
Ding Surong, profesora jubilada residente en Heilongjiang, trabajó como empleada doméstica en Harbin, la capital provincial, mientras su hija cursaba estudios en esa ciudad.
En aquel entonces, la abnegada madre eligió el trabajo doméstico porque ella quería estar junto a su hija en Harbin para apoyarla durante la difícil etapa universitaria. Sin embargo, su decisión de continuar la misma línea de trabajo en Beijing no se debió al futuro de su hija, sino a su curiosidad por la capital de China.
"Quería quedarme en Beijing", afirma y a?ade que muchos conocidos Zhiqing - jóvenes de zonas urbanas que fueron enviados a trabajar al campo cuando la Revolución Cultural (1966-1976) –viven en Beijing , al igual que varios de sus antiguos alumnos.
Empleada diurna, turista nocturna
"Ese (trabajo doméstico) me vino bien. No hubo necesidad de ningún estudio adicional. Todo lo que tenía que hacer era cocinar y limpiar la casa", admite Ding. "Me he divertido en Beijing. Fue una buena manera de aprender acerca de las costumbres locales."
Ding escogió trabajar para personas mayores.
"Había estado cerca de los ni?os durante más de la mitad de mi vida. Algunas de las personas mayores para las que trabajé eran intelectuales y veteranos. Aprendí mucho de ellos".
Durante sus siete a?os en la capital, Ding visitó casi todas las principales atracciones turísticas de Beijing y también pudo viajar a Xi'an y a Tianjin.
El a?o pasado, Ding renunció a su trabajo en Beijing y regresó a su ciudad natal para ayudar a su hija, que pronto abrirá un jardín de la infancia.
No hay mal que por bien no venga
Cuando Jia Huifeng fue despedida de su trabajo como contable en una fábrica de la provincia de Shanxi, en la década de 1990, ella se convirtió en una mujer de negocios y luego en una trabajadora doméstica.
"Después que me despidieron, había estado pensando en venir a Beijing", confiesa la se?ora de 55 a?os de edad. "Mucha gente tiene que gastar dinero en conocer Beijing, pero yo puedo ganar dinero y al mismo tiempo recorrer la ciudad y visitar lugares de interés. Es muy divertido."